Una mañana de diciembre, con mucho frío, dos socias del Club Taurino de Londres llegaron a la finca de José Miguel Arroyo, Joselito, para presenciar al herradero y entrevistar al Maestro después. Esa entrevista no tuvo lugar, pero las dos mujeres se encontraron cuidadas por un hombre muy amable y con una sabiduría impresionante de los toros. Resulta que era un banderillero retirado, uno de una dinastía de tres generaciones de banderilleros, los Pirri. A la vuelta, Shelly y su compañera decidieron de entrevistar a Chete para la revista del Club londinense. No pudo ser. Chete murió pocos meses después. Pero una mañana llegó a Shelly la idea de escribir un libro sobre la dinastía, no sólo como homenaje a Chete y la dinastía sino a todos los hombres de plata. Su profesionalidad y lealtad total hacia su matador es impresionante en sí mismo, pero cuando se tiene en cuenta que muchos comenzaron como novilleros con la ilusión de convertirse en figuras del toreo, su actitud merece un respeto enorme. Para darles la palabra y mostrar lo que se esconde detrás de su profesionalidad, este libro no es una cuenta seca de datos y fechas sino una historia de personas desde el punto de vista de sus experiencias y las emociones que resultaron. Al fin y al cabo, esas son las que marcan nuestra trayectoria a través de la vida y nos hacen desarrollarse hasta quienes somos.
